Creemos que la Biblia es la verdad inherente, infalible, ordenada e inspirada por DIOS en su totalidad y de este modo:
Creemos en un único DIOS verdadero presente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Creemos que JESUCRISTO es el Hijo de DIOS y ÉL es el único camino, verdad y vida.
Ningún hombre viene al Padre si no es a través de CRISTO (Juan 14:6).
ÉL fue enviado por el Padre para llevar a cabo el plan de redención de la humanidad puesto en marcha antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4).
ÉL fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María.
ÉL fue completamente hombre y completamente DIOS.
ÉL vivió entre los hombres sobre la tierra por 33 años.
ÉL murió en la cruz pagando la redención completa por nuestros pecados.
ÉL fue sepultado y se levantó de los muertos después de tres días.
ÉL después apareció a más de 500 testigos, incluyendo a sus discípulos, y luego ascendió al cielo, donde ahora está sentado a la derecha de DIOS el PADRE.
ÉL es eterno, engendrado Hijo de DIOS, el Señor y Salvador de todos.
ÉL es DIOS.
Creemos que el Espíritu Santo vino a la tierra en el día de Pentecostés y mora en Sus siervos hoy.
ÉL es la verdadera presencia de DIOS sobre la tierra y en nuestras vidas.
Vemos las sagradas escrituras como los principios y mandatos de DIOS por los cuales activamente nos adherimos y vivimos todos los días de nuestras vidas.
La Biblia es sin errores e inspirada por DIOS (2 Timoteo 3:16).
Creemos en la total depravación del hombre sin la presencia de DIOS.
El hombre tiene una naturaleza completamente corrupta y nace espiritualmente muerto en pecado.
La única manera en que el ser humano puede ser salvado es por la regeneración de su espíritu por DIOS a través de JESUCRISTO (Efesios 2:1).
Creemos que es la responsabilidad de todo cristiano el predicar el Evangelio y hacer discípulos de todas las naciones, como nos ordenó JESÚS en la Gran Comisión (Mateo 28:19,20).
Creemos que la Iglesia es el cuerpo de CRISTO sobre la tierra hoy y de la cual CRISTO mismo es la cabeza.
Nosotros como creyentes individuales juntos conformamos en colectivo el Cuerpo de CRISTO (Efesios 4:16).
Cada creyente tiene obras o llamados que fueron preparados para él o ella antes de la fundación del mundo.
DIOS es glorificado cuando le permitimos realizar estas obras en y a través de nuestras vidas.
Es la responsabilidad de todo creyente el encontrar cuáles son estas obras y rendirse totalmente a DIOS para ser usados como sus vasijas en la tierra para expandir Su Reino y Sus propósitos (Efesios 2:10).
Creemos en y apoyamos la importancia del compañerismo de creyentes.
Es crucial que todo creyente sea un miembro activo, participativo y siervo, de una expresión local del Cuerpo de CRISTO (Iglesia local). (Hebreos 10:24,25)