BAUTISMO – UNA EXPRESIÓN EXTERNA DE UNA GRACIA INTERNA
Bautismo
(Una Expresión externa de una Gracia interna)
El bautismo es una declaración pública de lo que ya hizo Jesús en nuestro corazón y nuestra vida.
Dos ideas principales:
El bautismo demuestra lo que sucedió por nosotros en la cruz. (Romanos 6:1-5)
Simbolismo físico para demostrar algo espiritual. El otro elemento es la Santa Cena.
El objetivo de estas ordenanzas es ayudarnos a participar de una manera tangible lo que Cristo hizo por nosotros de manera espiritual. Es una experiencia física y con testigos.
El bautismo no significa que en ese momento te conviertes al cristianismo ✝. Ya debes ser converso antes del evento. Este evento no es lo que te hace Cristiano.
No requieres ser bautizado para mantener la salvación. No es un requisito, pues la salvación viene por la gracia.
Tampoco significa que al momento de ser bautizados nunca más vas a pecar. La lucha continuará.
El bautismo representa. (Romanos 6:3-5) – Es la expresión física de lo que hizo Cristo en la cruz y nuestra participación en lo que Cristo hizo en la cruz. En su muerte y su resurrección.
El bautismo representa que la persona al sumergirse es muerta y sepultada junto a Cristo; y luego al salir del agua representa la Resurrección como Cristo a nueva vida. Es una expresión de algo ya sucedido.
Es análogo a una ceremonia de matrimonio. No es en ese momento que decides amar a tu pareja o que decides comprometerte. Pero es necesario hacerlo en un evento público, lo mismo con el bautismo.
Es un acto de demostrar que estás completamente confiado en lo que hizo Jesús en tu vida. De rendirse a Jesús. Es bautizarse en lo que Cristo cumplió ya en la Cruz.
El bautismo demuestra lo que nos sucedió en el momento de nuestra conversión. Romanos 6:6-11
Aquí vemos la realidad subjetiva. “A fin de que no sirvamos más al pecado…”
¿Qué significa hoy cuando estamos siendo tentado en nuestro día a día? Significa que tu viejo hombre fue crucificado con Cristo porque Cristo quiere que seamos libres del pecado… Que rompamos esas cadenas.
No hay nada que nosotros podamos hacer por nuestra cuenta para romper las ataduras del pecado. La única manera de ser libres de las ataduras del pecado es a través de Cristo.
La victoria del pecado no viene al esforzarnos más, sino al entender que ya yo estoy muerto al pecado… Recordar que es una realidad.
¡El poder de lo que Cristo hizo es más fuerte que tus emociones!
Cristo quiere que seamos libres del pecado que nos esclaviza y nos llena de culpabilidad. Jesús nos liberó completamente a través de lo que Él cumplió en la cruz (Romanos 6:7)
Con esta libertad que Cristo me dio voy a servirle.