LA PARADOJA DE LAS PARÁBOLAS – Parte 2, «Dos reinos coexistentes (Mateo 13:24-52)

04/08/2024

LA PARADOJA DE LAS PARÁBOLAS – Parte 2, «Dos reinos coexistentes (Mateo 13:24-52)

Predicador:
Passage: Mateo 13:1-52
Tipo De Servicio:

La paradoja de las parábolas
Parte 2 – Dos reinos coexistentes.
Mateo 13:24-52
Al principio de su ministerio, Jesús utilizó varios tipos de enseñanzas. Pero hubo un punto donde todo comenzó a cambiar. Mateo 13: 24-52 narra cómo Jesús se subió a una barca, se alejó de la orilla y comenzó a hablar con parábolas a una multitud que lo seguía y entre ellos estaban los fariseos. Era la primera vez que  utilizaba una parábola con cualquier persona y los discípulos estaban sorprendidos y le preguntaron ¿por qué estás hablando en parábolas?

En Mateo 12,  Jesús había  liberado a un endemoniado del pueblo y los líderes religiosos se reunieron y dijeron que tenían que buscar la manera de explicarle a la gente por qué Jesús lo había sanado. Ellos comenzaron a difundir un rumor diciendo que Satanás le había dado el poder a Jesús. Él respondió que una casa dividida no se puede sostener.

Durante el primer año de su ministerio, Jesús fue rechazado e injuriado por los fariseos constantemente.  Ante estas acciones, Él comenzó a enseñar con parábolas de manera que ellos no pudieran entender el mensaje.

Jesús comenzó a hablar en parábolas con dos propósitos: 1) Para sellar o cubrir la verdad a un cierto grupo de personas y 2) Para revelar la verdad a otro grupo de personas. Los discípulos eran el grupo al que les estaba revelando la verdad.

La parábola del sembrador es el comienzo de la enseñanza de  Jesús en forma de parábolas. Con esta metáfora, Jesús les explica a los discípulos la realidad en el mundo y de la iglesia, así como la realidad de la existencia de dos reinos: el de Dios y el de la oscuridad.

La cizaña y el trigo crecen juntas en los campos y se parecen mucho. Sus raíces están entrelazadas. Al arrancar la cizaña se puede arrastrar el  trigo. Jesús llama a dejar que crezcan juntas, en el mundo e incluso en las iglesias. Él será quien en su tiempo divida la cizaña del trigo.

Otra parábola fue la del tesoro escondido en el campo.  Es tan grande y valioso que quien lo encuentre vende todo y compra el campo donde está. El tesoro es Cristo, el Evangelio y la verdad de que nosotros tenemos vida eterna. El reino es tan grande y valioso que vale la pena sacrificar todo lo que tenemos por él. Es el mismo concepto con la parábola de la perla.

Nada más puede ser nuestro tesoro, solo Cristo. Nada más va a permanecer por la eternidad. Nada es más fuerte que el Evangelio, ni las amistades, ni las relaciones, ni la posición social.

¿Qué es aquello que atesora más en la vida? ¿Tú mismo, tu reputación, aquello que las personas piensan acerca de ti, tener una seguridad financiera, la familia? Cualquiera que sea lo que atesoras más ríndelo al Señor.

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