EL JARDÍN DEL GETSEMANÍ
El Jardín del Getsemaní. La batalla por nuestra Salvación (Marcos 14:32-38)
Tres situaciones marcaron la última noche de Jesús en el Jardín de Getsemaní:
1. Una conversación entre el Padre y el Hijo.
2. Un desafío de orar y velar.
3. El precio que fue pagado por nuestra Salvación.
1. El monte de los Olivos, un sitio donde Jesús siempre iba para descansar, se convirtió la noche anterior a la crucifixión en un lugar de batalla. Allí sostuvo la última conversación con el Padre antes de pagar el precio de nuestra Salvación. Su angustia era tal que sudó sangre (hematohidrosis).
El estrés sufrido por Jesús no fue por el dolor físico hasta la muerte que debería enfrentar, sino por la copa que sería derramada sobre Él (la justicia, la ira de Dios y su separación del Padre).
2. Jesús usó esa circunstancia para enseñar a sus discípulos a velar y orar. Él no les pidió que oraran por Él, sino por ellos mismos para que no entraran en tentación. Mateo 26:41.
3. Siempre pensamos en el precio que Jesús pagó, pero también hubo un precio Intenso y eterno del Padre: la separación del Hijo y el hecho de no poder ayudarlo en las horas más oscuras. A diferencia de Abraham con Isaac, Él no pudo liberarlo de la muerte. 2 Corintios 5:21.
Nunca olvidemos:
Ser conscientes de cuánto le costó al Padre y al Hijo que este fuera a la cruz. Demos siempre gracias por eso.
Tomar el pecado en nuestras vidas seriamente. Oremos y velemos para que no caigamos en tentación.
Compartir el mensaje de que el mejor Padre de toda la historia y el mejor hijo pagaron un precio alto para que nosotros pudiésemos ser redimidos y perdonados.