LO QUE UN LÍDER PIADOSO NECESITA DESESPERADAMENTE – II Parte ( Éxodo 17)

LO QUE UN LÍDER PIADOSO NECESITA DESESPERADAMENTE (Éxodo 17)
PARTE 2: PLURALIDAD DE LÍDERES
Serie: Éxodo «Libertad, rescate y responsabilidad» 
Expositor: Pastor Todd Tillinghast

Vemos cómo el pueblo de Israel se ve forzado a pelear contra los amalecitas, y Moisés sabe que ya no cuenta con fuerzas por su avanzada edad, así que le delega a Josué la tarea de armar un ejército.

Nosotros, como iglesia, somos la Israel espiritual y tenemos a los líderes que están encargados de edificar y dirigir al pueblo de Dios.

No debemos depender de hombres, solo de nuestro Dios, ya que los líderes solo nos preparan para que hagamos la labor de compartir la palabra del Dios a los que no conocen a Jesús, para que seamos luz en medio de las tinieblas.

Efesios 4:11

«Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error»

En este pasaje vemos cómo Dios mismo designó a los líderes que tuvieran la función de edificar, guiar, capacitar al pueblo de Dios para la obra del ministerio. El ministerio que tenemos como iglesia es predicar la palabra de Dios y testificar sobre su obra en nuestra vida.

Como elegidos de Dios debemos entender que la congregación es un lugar de preparación para cuando estemos en nuestras labores de la semana, tenemos la tarea principal de ser luz y mostrar la verdad de Cristo a los que no conocen de Dios. Por tal motivo debemos entender que no dependemos de hombres, sino de nuestro Dios todopoderoso.

Nuestros pastores nos preparan para las batallas y luchas que podríamos llegar a tener durante la semana, ya que es la labor que Dios les ha encomendado, con las enseñanzas que nos dan, estamos capacitados para ganar las batalles y edificar a otros para la gloria de Dios.

Como hijos de Dios fuimos llamados a ser luz en medio de las tinieblas y ser testigos de su poder, compartiendo con otros el Evangelio.