MIEDO, ESCLAVITUD Y FE – Parte 1 (Exodo 1) –
Miedo, Esclavitud y Fe (Éxodo 1)
Serie: Éxodo «Libertad, Responsabilidad y Adoración» – Parte 1
El tema central del libro de Éxodo es Libertad. Nos muestra cómo la nación de Israel estaba atada a la esclavitud y la forma en que Dios los liberó.
Abraham adoraba a ídolos y no conocía a Dios, pero Él se le apareció y le dijo que se fuera de la casa de su padre a la tierra que le daría, que haría de él una gran nación y sería de bendición. El plan para la humanidad comenzó con Dios. Él es quien se acerca a Abraham.
Dios prometió a Abraham que sus descendientes se multiplicarían cuando ni siquiera tenía hijos (Génesis 15). También le profetizó que serían esclavizados durante 400 años antes de llegar a la Tierra Prometida (Génesis 15: 13-14). José, el penúltimo hijo de Jacob y toda su familia (70 descendientes) moraron en Egipto. Éxodo 1: 1-7.
En ese lugar, Dios los prosperó y multiplicó, tanto que el nuevo rey de Egipto tuvo temor y los convirtió en esclavos durante 400 años. Pero en ese período, Él mantuvo su promesa e hizo de Israel una gran nación. Dios levanta a un libertador, Moisés, pero durante su travesía por el desierto muchos hicieron lo malo. Pablo nos advierte que no codiciemos lo malo como lo hicieron muchos israelitas. 1 Corintios 10:1-6.
¿Sabías que nosotros como iglesia somos la Israel espiritual? Dios también nos ha hecho libres a través de la sangre de Cristo. Sin embargo, seguimos luchando con algunas áreas de nuestras vidas.
Hay dos maneras en que esa libertad es experimentada:
– De una manera posicional: en el momento en que fuimos salvos a través de Cristo.
– La libertad práctica: cuando caminamos en la libertad posicional en la vida diaria.
Dios nos quiere completamente libres, pero junto con esa libertad viene la responsabilidad. Él nos libera con un propósito: ser de bendición para otros. No solo se trata de nosotros, vivimos en tiempos y en una sociedad en la que todo el enfoque es individual.
Puedes estar en un período de lucha, pero Dios nos promete liberarnos y, al igual que con el pueblo de Israel, también utiliza las dificultades en nuestras vidas para formarnos, fortalecernos y prepararnos.