NUESTRO ROL EN LA FORMACIÓN DE LAS NUEVAS GENERACIONES (Salmo 78:1-8)
NUESTRO ROL EN LA FORMACIÓN DE LAS NUEVAS GENERACIONES (Salmo 78:1-8)
Expositor: Carlos Ortiz
Como cristianos, tenemos la responsabilidad de formar a estas nuevas generaciones para que lleven el evangelio y el testimonio de Cristo a los que no le conocen.
Cuando repasamos la historia de los pueblos, notamos que suelen cometer los mismos errores una y otra vez. Como hijos de Dios, debemos buscar la manera de velar por nuestro desarrollo y crecimiento espiritual, para evitar los errores y pecados del pasado.
No importa el pasado que tengamos, esta también es esperanza para el futuro, ya que tenemos un Dios que busca guiarnos, sin importarle quiénes fuimos antes.
El Salmo 78 se puede resumir en los siguientes tres puntos:
Lo que Dios hizo y deja plasmado
Primeramente, Dios se reveló, estableció un testimonio en Jacob y le proporcionó la ley al pueblo de Israel. Las tablas de la ley son el testimonio de cómo Dios, de manera poderosa, liberó al pueblo de Israel.
Dios nos recuerda todo lo que ha hecho por nosotros para luego darnos un propósito. Primero fuimos redimidos, luego Dios nos enseña cómo debemos vivir.
Lo que hizo el salmista
El salmista plasmó la historia de Israel en un cántico con parábolas; su objetivo era relevar el misterio de Dios, para que las nuevas generaciones conozcan la historia de Dios y su pueblo.
Como creyentes, debemos buscar nuevas maneras de compartir a otras personas el evangelio transformador.
Lo que debemos hacer nosotros
Como hijos de Dios, debemos ser obedientes a las enseñanzas de Dios y comprometernos a compartir el testimonio de Cristo a las nuevas generaciones.
El pasado que hayamos tenido también es nuestra esperanza para el futuro, ya que, a pesar de los desafíos de la vida, tenemos un Dios que busca a sus hijos, sin importar cómo o dónde se encuentren.
Recordemos que hemos sido llamados a llevar el evangelio a los que no conocen a Cristo y procuremos crear un impacto positivo en las nuevas generaciones.