SI MI PUEBLO ORA Y BUSCA MI ROSTRO / If my people pray and seek my face
«Si mi pueblo ora y busca mi rostro»
Esto es una condición, es una promesa condicionada. Cada una de estas condiciones tienen que verse de dos maneras:
Respuestas que Dios espera que nosotros tengamos
Es una descripción del problema que nosotros tenemos
La oración es ese lugar donde podemos conectarnos con Dios y donde experimentamos un arrepentimiento verdadero.
Es importante orientar nuestros corazones a la importancia de la oración.
Hablaremos de tres ideas acerca de la oración:
La paradoja de la oración – Jesús les da a los discípulos un patrón de oración con el «Padrenuestro»; sin embargo, en el libro de Romanos Pablo dice «nosotros no sabemos como orar». O sabemos orar, o no sabemos orar. La oración es una conversación con Dios, quien conoce todo. Entonces, ¿por qué debo orar con Dios, si él ya conoce todo?, o bien, No sabemos orar. Se convierte más bien como en una rutina o un hábito.
Los problemas con la oración – Debemos elevar una oración con poder y fe. La oración es mucho más que una conversación, y es por la persona con quien estamos hablando, pues Dios es mucho más, estamos orando, hablando con el Señor, el creador del universo. Debemos tener ese sentido de asombro ante Él, esa humildad de corazón, esa seriedad porque estamos delante del rey de reyes.
No sabemos como orar – Entrar a la presencia de Dios – lo vemos en el antiguo testamento, el problema hoy es como me conduzco delante de Él, como entro a su presencia. (Romanos 8:26-27). El Espíritu Santo es quien nos guía en la oración.
Nos perdemos cuál es el propósito de la oración (Romanos 11:33-36). Dios es Grande y podemos acercarnos con humildad, debemos estar maravillados ante su presencia. Todo debe ser para la gloria de Dios.
El poder de la oración – hacemos oraciones egoístas por razones egoístas. (Lucas 18:11). Muchas veces usamos la oración para enfocarnos más en nosotros que en Dios.