SU GLORIA, SU REINO
Título: Su gloria, su reino (Filipenses 1, 21 – 2, 11)
Expositor: Massiel Vergara
El libro de Filipenses, escrito por el apóstol Pablo, es una carta llena de ánimo y esperanza que resalta el gozo como una característica esencial de la vida cristiana. A pesar de haber sido redactada desde la prisión, la carta nos enseña que el verdadero gozo no depende de las circunstancias externas, sino de nuestra relación con Cristo. Este gozo se manifiesta en diferentes áreas de nuestra vida, como el sufrimiento, el servicio a otros, nuestra semejanza a Cristo, la exaltación de su nombre y la elección diaria de confiar en Él. A través de estos principios, descubrimos cómo vivir una vida llena de propósito y alegría espiritual, incluso en medio de los desafíos.
Ideas relevantes que nos enseña el libro de Filipenses:
1. Gozo en el sufrimiento
El sufrimiento es parte integral de la vida cristiana, pero no debe ser motivo de desesperanza. El apóstol Pablo, quien escribió esta carta desde la prisión, muestra que el gozo no depende de nuestras circunstancias externas, sino de nuestra relación con Cristo. A través de las dificultades, aprendemos a confiar más profundamente en Dios, reconociendo su soberanía y gracia en cada situación. Este gozo es un fruto del Espíritu Santo y refleja una vida anclada en la esperanza eterna que tenemos en Cristo. Como se menciona en Filipenses 1, 29: «Porque a vosotros os es concedido, por amor de Cristo, no solo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él».
2. Gozo en el servicio a otros
Pablo nos llama a vivir en unidad y a considerar a los demás como superiores a nosotros mismos. En Filipenses 2, 3-4 se nos insta: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros». Servir a los demás nos permite experimentar un gozo genuino que proviene del amor de Dios obrando a través de nuestras acciones. Este tipo de servicio no solo beneficia a quienes lo reciben, sino que también transforma nuestros corazones, ayudándonos a reflejar la humildad y el amor de Cristo.
3. Gozo en ser como Cristo
Imitar a Cristo es uno de los temas centrales en Filipenses. Jesús, siendo Dios, se humilló a sí mismo, tomando forma de siervo y obedeciendo hasta la muerte en la cruz (Filipenses 2, 5-8). Este ejemplo nos enseña que la verdadera grandeza se encuentra en la humildad y el sacrificio por los demás. Cuando buscamos ser como Jesús, encontramos gozo en la obediencia a Dios y en vivir una vida que refleja su carácter. Nuestra existencia cobra sentido cuando vivimos para glorificar a Dios y para conformarnos a la imagen de su Hijo.
4. Gozo en hacer a Cristo conocido y exaltado
Para Pablo, dar a conocer a Cristo era una fuente inagotable de gozo, incluso en medio de la adversidad. En Filipenses 1, 18, él expresa: «¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún». Cada vez que compartimos el evangelio, exaltamos a Cristo y contribuimos a su propósito de redimir a la humanidad. Evangelizar no solo beneficia a quienes escuchan el mensaje, sino que también renueva nuestro espíritu al recordarnos el poder transformador del amor de Dios.
5. El gozo es una elección
El gozo es una actitud que decidimos adoptar, incluso en los momentos más difíciles. En Filipenses 4, 6-7 se nos anima: «Por nada estéis afanosos, si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». En lugar de dejarnos dominar por la preocupación, debemos entregar nuestras cargas a Dios en oración. Al hacerlo, experimentamos su paz, que nos capacita para mantenernos firmes y gozosos en cualquier circunstancia.
El mensaje del libro de Filipenses nos recuerda que el gozo cristiano es un regalo que proviene de Dios y una elección que hacemos cada día. Al aprender a depender de Él, servir a los demás, imitar a Cristo y compartir su mensaje, experimentamos un gozo profundo y duradero que trasciende las dificultades. Filipenses nos invita a vivir con una perspectiva eterna, enfocándonos en nuestra relación con Dios y en su obra, en nuestras vidas. De esta manera, podemos encontrar verdadera plenitud y esperanza, independientemente de las circunstancias que enfrentemos.