DE TAL PALO, TAL ASTILLA Parte 3 / Like Father like Son Part 3

04/08/2019

DE TAL PALO, TAL ASTILLA Parte 3 / Like Father like Son Part 3

Predicador:
Passage: Génesis 26:23-33, Hebreos 10:19-25
Tipo De Servicio:

En mensajes anteriores de esta serie «De tal palo, tal astilla», hemos visto la interacción entre el padre y el hijo, también como los pecados de los padres afectan a los hijos. Lo llamamos la influencia generacional de los padres a los hijos (pecados generacionales o maldiciones generacionales). Es el concepto de ¿Cómo nosotros transmitimos la información a las nuevas generaciones? El mentir y engañar fueron cosas que se transmitieron a través de generaciones desde Abraham cuando mintió, diciendo que Sara era su hermana. No podemos vencer estas maldiciones generacionales con el buen ejemplo o mal ejemplo de nuestros padres o los líderes en nuestra vida, tampoco es correcto decir que nosotros aprendemos de nuestros propios errores. En la vida real nos damos cuenta de que cometemos los mismos errores que nuestros padres cometieron.

¿Cómo nosotros podemos romper o liberarnos este ciclo? Debemos creer y abrazar lo que Jesucristo hizo en la cruz. Isaac fue bendecido por el amor a Abraham y el pacto que Dios tenía con su padre Abraham. Cuando él se dio cuenta de que era bendecido por eso, él tuvo la fuerza para romper ese ciclo. De igual manera, Dios nos cuida por amor a su hijo Jesús, no por nuestras obras. Muchas veces decimos que creemos en Jesús, pero muchas veces nos encontramos buscando ese algo que nosotros debemos hacer o una forma de comportamiento para lograr alcanzar algo. Si quiero que mis patrones de conducta y comportamiento tengo que cambiar las cosas que creo en un nivel bien profundo, en creer realmente que somos salvos, que tenemos vida y que Dios nos cuida y protege por lo que Jesucristo hizo en la cruz.

¿Cómo cambiar lo que creemos, de una manera poderosa, de forma tal que cambie nuestro comportamiento? Hay dos cosas que debemos entender: hay un lugar y un propósito por el cual cambiamos, basados en esa verdad:

El lugar (Génesis 26:23-25) – Isaac entró a la presencia de Dios en un lugar llamado Beerseba y en Génesis 26:24 nos dice que el Señor se le apareció a Isaac esa noche y le da lo que necesita por amor a su padre Abraham y el pacto que tenía con él.

Dios le dice que lo protegería
Dios hace este pacto con Abraham y lo aplica a Isaac, no estaba basado en lo que Isaac hiciera o no.
Dios le dice a Isaac que lo bendecirá, que no tenga miedo, que multiplicará sus descendientes.
Isaac responde con cuatro acciones específicas: construye un altar allí para adorar a Dios y hacer sacrificios a Dios, invocó el nombre del Señor, plantó su tienda allí y se quedó allí por un tiempo, y cavó un pozo allí, pues allí estaba la presencia de Dios. Hoy día ya tenemos ese lugar y es la presencia de Dios. Estamos en la presencia de Dios cuando tenemos nuestro tiempo de oración, cuando nos reunimos para compartir sobre Dios, cuando leemos Su Palabra, en el servicio, en el compañerismo. (Hebreos 10:19-25)

El propósito por el cual cambiamos – Dios nos mueve a un lugar donde podamos influenciar a otros que están alrededor de nosotros. El propósito de Dios es que nos bendice para que seamos de bendición a otros. (Génesis 26:26-34).

Cuando en nuestras vidas batallamos con los pecados generacionales, la respuesta es «Confiar en lo que Cristo hizo», todo lo que necesito está en su Palabra, que me va a hablar y a desafiar. Cuando tenga mi tiempo a solas con Dios, debo meditar en su palabra.

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