Parte 13(b) – LA VIDA, LA ESPERANZA Y EL PODER DEL ESPÍRITU

06/07/2025

Parte 13(b) – LA VIDA, LA ESPERANZA Y EL PODER DEL ESPÍRITU

Expositor: Pastor Todd Tillinghast


Como creyentes ya no estamos en la carne, sino en el Espíritu. Sin embargo, la carne cree que le debes algo. Nadie le mandó un memo a la carne diciendo que ya no tiene control sobre tu vida. La lucha entre esa dualidad (la carne y el espíritu) se produce en nuestra mente. Como cristianos batallamos con nuestras emociones, pensamientos, deseos, sentimientos y lo que nos dice el Espíritu Santo. A través de Romanos, Pablo nos da dirección sobre cómo podemos luchar contra la carne. 

Dos lugares y dos estilos de vida. Romanos 8:9-10.

Muchas veces en nuestras vidas somos controlados por nuestras emociones, pensamientos y deseos. Cuando entendemos eso, aprendemos que eso está en nuestra carne, esa parte de nuestra humanidad que no está redimida. 

Estamos en el espíritu, pero todavía tenemos la influencia de la carne en nuestras vidas y en la toma de nuestras decisiones. 

¿Es posible que un cristiano sea influenciado por la carne? La respuesta es Sí. Pero eso no significa que su naturaleza sea carnal. Una vez que Cristo te libera tienes una nueva identidad en Él. Constantemente la naturaleza carnal y la espiritual están en conflicto. Solo los cristianos están conscientes de esa dualidad, los no creyentes no tienen esa doble naturaleza.

La carne comienza a utilizar tus pensamientos, emociones y deseos. Como cristianos debemos estar alerta a través del Espíritu Santo y rechazarlos. Aunque ya no estamos condenados a muerte por el pecado, si sucumbimos a él debemos afrontar las consecuencias. 

Hay dos estilos de vida, puedes vivir de acuerdo a la carne o convertirte en un cristiano que viva de acuerdo al Espíritu. Romanos 8:11-13. Si batallas entre el espíritu y la carne significa que eres un cristiano.

¿Estás consciente de que tienes ese conflicto entre el espíritu y la carne? 

Saber y entender que estamos en ese conflicto nos ayuda a:

-Identificar nuestra batalla: Hay una diferencia entre ser una víctima o un guerrero. La víctima no está en una batalla, recibe todo lo que le pasa. Quizás es depresión, ansiedad, tentación, enojo, orgullo o impureza sexual. Define tu lucha en esa batalla.

-Aduéñate de tu lucha. Efesios 6: 11-17 nos enseña cómo usar la armadura de Dios. Tienes el poder de ganar la batalla dentro de ti. 

-Pelea. Tenemos que rodearnos de personas que sepan y nos ayuden a pelear y a vencer en el nombre de Jesús. 

– Sé agradecido por la batalla. Estar en la batalla significa que eres un creyente. Tienes el Espíritu Santo. Cada día puedes escoger decirle no a la carne.