JOSÉ, EL RESCATADO/ Joseph, the delivered
La palabra de Dios nos dice que hay un tiempo para cada cosa y Su tiempo es perfecto. Podemos verlo ilustrado en la vida de José. Esto es sencillo de decir, pero puede resultar frustrante al experimentar la espera en nuestra vida diaria.
Veremos cuatro maneras de comprender en Tiempo de Dios:
1. El tiempo de Dios es superior: Dios sabe que hay momentos en que deseamos algo, pero conoce que aún no estamos listos.
Aceptar que nuestra perspectiva es limitada, pero que Dios sí puede ver hacia nuestros futuros y que sabe lo que es mejor para nosotros nos ayudará a eliminar la frustración y aumentar nuestra fe.
José no solo tenía un destino para sí mismo, sino que su historia impactaría a muchos más de lo que podía imaginar.
2. El tiempo de Dios es repentino: José tenía 17 años cuando fue vendido como esclavo en Egipto y tenía 30 cuando faraón lo llamó para interpretar sus sueños.
Su cambio de vida de prisionero a segundo al mando en Egipto pasó en un solo día tras 13 años de paciente espera. Una total sorpresa.
3. El tiempo de Dios trae solución: En nuestro tiempo de espera nos parece que nuestra situación es personal y no concierne a nadie más cuando realmente es un tiempo de preparación y capacitación para que el momento de recibir respuesta de Dios en su tiempo seamos de solución no solo para nosotros, sino para bendecir a muchos. Dios usa nuestros dones y también las habilidades que desarrollamos en la espera, no debemos verlo como una pérdida de tiempo sino como una excelente preparación.
4. El tiempo de Dios trae salvación: Las respuestas de Dios a José no es solamente retribución por los años de sufrimiento, Dios le libera y lo coloca como Segundo al mando con un propósito poderoso; como una salida para llevar salvación no solamente a Egipto, sino al mundo entero, incluyendo, por supuesto, a su familia.
Jesucristo fue rechazado, crucificado y resucitó al tercer día, esperó pacientemente y confío en su Padre Celestial para llevar a cabo el plan maestro de Salvación no solo para su pueblo sino para todo el mundo.
Oración:
Señor, ayúdanos a esperar con paciencia y fe en tu tiempo perfecto, preparándonos lo mejor posible y con la mejor actitud, hasta el momento que se cumpla de tu propósito en nuestras vidas.
En el nombre de Jesús,
Amén.