Parte 20: EL PUEBLO DE DIOS (Romanos 9:24-10:4)

21/09/2025

Parte 20: EL PUEBLO DE DIOS (Romanos 9:24-10:4)

Serie: Romanos: Todo lo que necesitas saber sobre la vida cristiana y algo más

Título: El pueblo de Dios (Romanos 9, 24 – 10,4)

Pastor Todd Tillinghast

  1. La expansión del pueblo de Dios (Romanos 9, 24-29)

Los judíos que creían en Jesucristo eran la audiencia original que leía la carta a los Romanos. La noticia de que Dios llamaba a los gentiles los dejó conmocionados. Por ello, Pablo presentó pasajes del Antiguo Testamento como Isaías y Oseas para dejar claro su punto: ahora no solo los judíos serían llamados pueblo de Dios, sino que todas las naciones serían invitadas a formar parte.

2. La expectativa del pueblo de Dios

    Debemos tener presente que como pueblo de Dios no podemos ganar la salvación con buenas obras o intentos de lograr nuestra propia justicia, sino que lo único que podemos aportar es nuestra fe.

    Solo a través de la fe en Jesús, aceptamos el regalo de misericordia que Dios nos extiende.

    3. El objetivo final del pueblo de Dios (Romanos 10, 1-4)

    El pueblo judío con todas sus leyes y tradiciones tenía un celo por las cosas de Dios.  Dios les dio la ley para que llegaran a darse cuenta de que era imposible alcanzar la perfección necesaria para ser justificados por sus propios medios; de hecho, continuaron añadiendo reglas, fiestas y rituales, pero estas se volvieron su centro, su objetivo.

    Dios les mostró el sistema sacrificial para que comprendieran que solo a través de un sacrificio se alcanzaría la justificación necesaria para llegar a ser salvos; solo un sacrificio sería necesario para el cumplimiento de la ley y los profetas: Jesús, el Cristo.

    Puntos de aplicación

    No olvides que somos vasos de misericordia para gloria de su nombre.

    ¿Este estudio ha desafiado tu sentido de autosuficiencia? Si es así, ¡entonces ha logrado el objetivo!

    ¿Realmente has creído que eres ahora parte del pueblo de Dios únicamente por tu fe en Jesucristo y no por tus propias obras?

     Si aún hay algo dentro de ti que intenta ganarse un lugar dentro del pueblo de Dios por mérito propio, identifica de qué se trata y ríndelo delante de Dios, poniendo tus ojos únicamente en Jesús.