LA ENTRADA TRIUNFAL – «Cinco respuestas al rey Jesús»
LA ENTRADA TRIUNFAL
«Cinco respuestas al rey Jesús»
(Juan 12:12-19)
Cuando Jesús entró a Jerusalén para asistir a la fiesta de la Pascua, fue recibido por cinco grupos de personas que reaccionaron de forma diferente:
La multitud (Juan 12:12). Durante la fiesta de la Pascua, los asistentes llevaban corderos o los compraban en el templo para sacrificarlos. Todas esas personas habían escuchado acerca de Jesús, tomaron palmas y le recibieron diciendo “Hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor”. Ellos sabían que Él hacía milagros y señales, pero no entendían que era el hijo de Dios.
Ellos pensaban que Jesús los libraría del Imperio Romano. Cuando no lo hizo y lo vieron herido, pidieron que lo crucificaran, pues no creían que fuera el Mesías. Ellos querían que Jesús se amoldara y encajara en la categoría que le habían dado. Pero Él no cumplió sus expectativas, pues vino a morir en la cruz por nuestros pecados.
Los discípulos convencidos (Juan 12:15-16). Cuando Jesús entró a Jerusalén estaba cumpliendo una profecía; los discípulos al principio no lo entendieron, pero cuando fue glorificado lo recordaron. Él se declaró a sí mismo cómo el Mesías, el Rey de Israel. Ellos solo querían ser liberados de la opresión del Imperio Romano, pero Jesús tenía un mejor plan y era traernos libertad de nuestros pecados. La mayor revelación de Cristo está en la Biblia. Muchos esperan un milagro para creer que Dios existe. Los judíos vieron a Jesús hacer milagros, pero estos no fueron suficientes. Si deseamos saber quién es Jesús, estudiemos su Palabra de Dios que nunca cambia.
Llamado a la acción (Juan 12:17). Jesús no solo requiere que creamos en Él. Después del milagro de Lázaro, las personas dieron testimonio en Jerusalén. Cuando tenemos una experiencia con Cristo, rendimos nuestra vida a Él. Hemos sido resucitados como lo fue Lázaro.
Los curiosos (Juan 12:18). La multitud fue a recibirlo porque había oído sobre sus milagros y señales. Querían verlo con sus propios ojos y saber si realmente era el Mesías.
Personas en contra de Jesús (Juan 12:19). Una y otra vez Jesús proclamó ser el hijo de Dios. Para los fariseos era una blasfemia. Ellos se enojaron al oír a la multitud diciendo ¡Hosanna! Y adorando a Jesús. ¡Tú no eres Dios, dile que se detengan, que no sigan adorándote! Y Él les respondió ¡si ellos no lo hacen, entonces las piedras hablarán! Jesús declaró ser Dios y por eso lo crucificaron.
¿Cómo respondemos a la pregunta quién es Jesús? Él declaró ser Dios. ¿Cuál es la respuesta a esto? Debe ser una adoración completa. ¿Lo adoramos con todo nuestro corazón cuando estamos solos? La única respuesta apropiada es adorarle por quien es, el Rey de Reyes, Señor de Señores, el Mesías.