ARRAIGADOS Y EDIFICADOS EN CRISTO (Colosenses 2:6-23)
Expositora: Jozina Pacheco
El apóstol Pablo escribió a los colosenses para corregir los errores doctrinales que se habían infiltrado en la iglesia. La centralidad de Cristo estaba siendo minimizada y enseñanzas humanas y ritualistas estaban desviando a los creyentes de la verdad del evangelio. Este mensaje es vital para la iglesia actual, ya que vivimos en una época en la que también enfrentamos influencias externas que buscan apartarnos de la pureza del evangelio.
Tres puntos importantes en los que Dios quiere que su iglesia se mantenga hoy en día:
1. La iglesia debe andar en Cristo
Pablo exhorta a los creyentes a andar en Cristo. Este llamado significa vivir conforme a su enseñanza, depender de su gracia y mantener una relación personal con Él.
Andar implica un estilo de vida continuo. No se trata solo de un momento de fe inicial, sino de una vida diaria que refleja el carácter de Cristo. La obediencia a su Palabra, la oración constante y la comunión con Él son esenciales.
Muchas iglesias y creyentes son influenciados en la actualidad por ideologías modernas, filosofías humanistas o mensajes que priorizan las emociones o el éxito terrenal sobre la verdad de Cristo. Andar en Cristo significa discernir entre lo que es de Dios y lo que no lo es, y vivir bajo su señorío.
2. Una iglesia arraigada y edificada en Cristo
Pablo utiliza dos imágenes poderosas: la de estar arraigados y edificados.
Así como un árbol necesita raíces fuertes para resistir las tormentas, los creyentes necesitan estar firmemente establecidos en la verdad del evangelio. La iglesia debe ser edificada sobre el fundamento de Cristo, no sobre tradiciones humanas o doctrinas vacías.
Para mantenerse firmes en tiempos de confusión, la iglesia debe ser nutrida por la Palabra de Dios, ser discipulada y ser activa en el crecimiento espiritual. Esto implica combatir las enseñanzas erradas con la verdad bíblica y fomentar una vida comunitaria en la que Cristo sea el centro.
3. Una iglesia confirmada en su fe
Pablo advierte a los colosenses sobre «filosofías y huecas sutilezas» que no están de acuerdo con Cristo. La confirmación en la fe significa tener una convicción firme y sólida de la verdad.
Una fe confirmada está basada en el conocimiento de quién es Cristo: Dios encarnado, quien murió y resucitó para nuestra salvación. No es una fe vacilante o emocional, sino una fe fundamentada en las Escrituras.
Los colosenses enfrentaban enseñanzas que promovían rituales judíos como un medio de salvación, algo que Pablo rechaza categóricamente (Colosenses 2, 16-17). Estas prácticas desviaban la atención de la obra completa de Cristo en la cruz.
Asimismo, la iglesia también enfrenta desafíos de legalismo, sincretismo y enseñanzas que diluyen la suficiencia de Cristo. Una iglesia confirmada en su fe debe conocer profundamente la doctrina cristiana y rechazar cualquier enseñanza que no sea Cristo-céntrica.
Colosenses 2, 6-23 nos exhorta a que la iglesia permanezca fiel en su llamado, centrada en Cristo como el fundamento de su fe. Debemos andar continuamente en Él, reflejando su carácter y obedeciendo su Palabra en cada aspecto de nuestra vida. Esto requiere estar profundamente arraigados y edificados en su verdad, con raíces firmes que nos sostengan en tiempos de adversidad. Además, es esencial mantener una fe sólida, libre de contaminaciones por filosofías humanas o tradiciones vacías que desvíen nuestra atención de la suficiencia de Cristo.
La iglesia está llamada a proclamar y vivir la centralidad de Cristo, recordando que en Él habita toda la plenitud de Dios y que en su obra completa hallamos salvación, vida y esperanza eterna.