CÓMO LLEGAR A SER UNA IGLESIA ENVIADORA ( Hechos 13:1-5)

27/10/2024

CÓMO LLEGAR A SER UNA IGLESIA ENVIADORA ( Hechos 13:1-5)

Predicador:
Passage: Hechos 13:1-5
Tipo De Servicio:

¿Cómo llegar a ser una iglesia que envía? (Hechos 13:1-5)

Expositor: Pastor Todd Tillinghast

 

«En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón, llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado. Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron.

Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre. Llegados a Salamina, proclamaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos; y tenían también a Juan de ayudante» (Hechos 13, 1-5).

Desde los comienzos de la iglesia, el deseo de Dios era que fuese una iglesia que envía, también que fuese una iglesia transcultural. Asimismo, el deseo de Dios es que la iglesia local tenga un enfoque misional transcultural. La razón por la que se lidera a la iglesia por un equipo de líderes de diferentes lugares del mundo y con diferentes expresiones multiculturales es para que estos puedan preparar a otros y luego ser enviados en un ciclo saludable de liderazgo para la misión.

Por medio de la persecución de la primera iglesia, Dios envío a la iglesia a la misión. Fueron esparcidos, movidos primeramente por el temor, pero cumplieron la gran comisión. De igual manera, la iglesia local debe, primero, buscar la guía del Espíritu Santo y enviar a las personas a diferentes países.

La elección del lugar para enviar líderes no debe ser basada en gustos personales, por emociones o para búsqueda de experiencias, sino que debe ser estratégica. Por ejemplo, uno de los líderes de la iglesia de Antioquía era de Chipre, por lo que la decisión del sitio a visitar era también estratégica.

Que el Señor nos guíe a servir con un corazón siempre atento a su guía, entendiendo su corazón hacia los que aún no han recibido la buena noticia de Jesucristo.

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