CUANDO ATACA LA ANSIEDAD – When anxiety attacks
Cuando ataca la ansiedad – When anxiety attacks (Juan 14:1-14)
Cuando Jesús compartía en el aposento alto la última cena, los corazones de sus discípulos estaban angustiados, tenían ansiedad, temor. Todo lo que ellos conocían estaba volteado y sabían que algo malo estaba a punto de suceder. Aparte de todo esto, Jesús les dice que se iría y que ellos no podrían seguirlo al lugar donde iría. Jesús amaba a sus discípulos y estaba tratando de calmarlos. A Él le dolía verlos con tanta ansiedad en sus corazones, así que lo primero que les dice es que “no se turbe vuestro corazón”.
Veremos cinco maneras de como la palabra de Dios contrarresta la ansiedad que sentimos en nuestros corazones.
Plan (Juan 14:1-2) – Jesús nos dice que nuestros corazones no estén turbados.
Lo primero que debemos hacer cuando tenemos ataques de ansiedad es ORAR.
En Filipenses 4:6, Pablo también nos dice que por nada estemos afanados (ansiosos).
Jesús no nos dice que debamos negar el hecho que sintamos ansiedad, o que porque somos cristianos no podemos estar ansiosos. No vamos a suprimir la ansiedad, pero tampoco vamos a reaccionar a ella.
Jesús nos dice, que habrá problemas allá fuera, pero que no permitamos que se turbe nuestro corazón. Cuando esto nos suceda debemos primero calmarnos y después ver como atacamos esa crisis.
Aún el corazón de Jesús también estaba turbado, porque Él amaba a sus discípulos y se preocupaba por ellos.
Debemos tener un plan de acción, no podemos permitir que esto se apodere de nuestras vidas y nos controle; como cristianos debemos tener planes para vencer la ansiedad.
Cuando experimentamos ansiedad puede haber razones legítimas y también razones pecaminosas. La primera mentalidad debe ser buscar una manera para no estar ansioso. Cuando estoy ansioso puedo reaccionar de una manera pecaminosa, ya sea con ira o enojo.
Jesús podía decir a sus discípulos que “no se turbe vuestro corazón”, porque Él era la respuesta para la ansiedad de ellos. Como cristianos no tenemos razón para estar ansiosos. Cuando nos ataca la ansiedad debemos tener un plan: no voy a permitir que mi corazón se turbe, voy a confiar en Jesucristo.
Propósito (Juan 14:2) – Los discípulos estaban ansiosos porque Jesús se iría y ellos no podrían ir con Él. Nosotros podemos manejar cualquier cosa, pero ¿qué hacemos si Jesús nos deja? Jesús, después de calmarlos, los ayuda a entender el propósito. El consuelo para los discípulos era inmediato y era que haría algo por ellos y les dice: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”. Jesús nos está preparando morada a nosotros, su iglesia, y cuando llegue el tiempo, Jesús vendrá a buscar a su novia. Aquí en la tierra lo peor que nos podría pasar es “morir”, pero aun así estaríamos con el Padre en una de estas moradas.
Promesa (Juan 14:3) – Tenemos una promesa. Jesús dice que se va y va a preparar un lugar para nosotros, para luego regresar a buscar a su prometida (su iglesia).
Jesús es el verbo, la Palabra de Dios, y hoy tenemos la Biblia (la Palabra de Dios), la cual está llena de promesas, que nos ayudan a mantenernos firmes. Cuando la ansiedad ataque nuestro corazón podemos recurrir a sus promesas.
Puerta (Juan 14:6) – Jesucristo es la razón de nuestra esperanza, es nuestra vida eterna y la razón por la que no debemos estar ansiosos, ni tener temor, ni siquiera a la muerte. Como cristianos no necesitamos una fórmula, pues tenemos a Cristo, quien es el camino, la verdad y la vida.
Prueba (Juan 14:5-) La Biblia nos dice que solamente hay un camino y Jesucristo es el camino. A diferencia de la existencia de muchos caminos, elimina la ansiedad, el saber que solamente este camino es el correcto. Jesús ya proveyó este camino y cualquiera puede tener vida eterna en Él. Jesucristo es Dios, vemos las obras que ha hecho, siendo una prueba histórica de que Él existe. Jesús nos dice que si lo hemos visto a Él, hemos visto al Padre.
Aplicaciones:
¿Crees que Dios es Soberano, que está en control, que tiene un propósito y que usa todas las situaciones por las que pasas en tu vida?
Realizar un análisis, una evaluación de las razones por la que estoy ansioso. Pedirle al señor promesas que contrarresten la ansiedad por las circunstancias por las que estoy pasando. Pararme firme y meditar en estas promesas.
¿Creo yo, que Jesucristo es la única respuesta? La respuesta es Cristo, es el Evangelio, Jesucristo me da vida eterna.
Todos los que nos sintamos ansiosos podemos ir a Jesús, recordar sus promesas, que Él es nuestro Salvador, nuestra roca firme y puede dar paz a nuestras vidas.
“Jesús es el camino, la verdad y la vida. Confiemos en Él”