DIOS CUMPLE SUS PROMESAS – Parte 8 ( Éxodo 6:1-13)

Dios cumple sus promesas (Éxodo 6:1-13)
Serie: Éxodo «Libertad, rescate y responsabilidad» – Parte 8

Hay una diferencia entre pacto y contrato. Por una parte, un contrato es diseñado para proteger a ambas partes (debido a la desconfianza), para que, si alguno no cumple, está obligado a hacerlo. Mientras que un pacto se crea basado en la confianza. Lo más cercano a pacto es el matrimonio.

Éxodo 6:6-8 nos muestra como Dios le hizo una promesa a la nación de Israel, que es una representación de todo el pueblo de Dios de todos los tiempos.

Hoy veremos cuatro elementos presentes en el matrimonio que se aplican al pacto de Dios con su pueblo:

Identidad: Una declaración de identidad de ambas partes.

En el segundo versículo, Dios declara su identidad a Moisés: Yahveh, el Señor. Este nombre significa que Dios cumple sus promesas, es un ser que es constante y fiel a cumplir sus promesas.
Antes de hablar de la promesa, Dios da a conocer su identidad. Lo hizo porque los israelitas no estaban seguros de quién era Dios. Él no es un medio para alcanzar un fin ni es una parte de nuestra historia, sino que es el Señor.
¿Cómo vemos a Dios en nuestra vida? A veces solo lo vemos como un símbolo y lo buscamos cuando lo necesitamos o estamos en problemas.
Es importante que veamos a Dios como el Señor, el único Dios.
2. Promesa: Una declaración donde se hacen votos; un compromiso de exclusividad. En Éxodo 6:4-6, Dios promete que va a libertar a Israel de la esclavitud y les recuerda el pacto que hizo con Abraham. No solo hace una promesa, sino que la mantiene.
3. Relación: Una declaración pública de compromiso. Dios responde al pueblo de Israel por la amistad y relación previa del pacto con Abraham.
Dios nos ha llamado a ser sus amigos, lo que es un elemento relacional. Sin embargo, esto no significa que pierde su poder o estatus de Dios soberano.
Dios recuerda sus pactos previos con Abraham, Isaac, Jacob y en Éxodo 6:6-7 nos dice que nos tomará como su pueblo: «Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios. Entonces sabrás que yo soy el Señor tu Dios, quien te ha librado de la opresión de Egipto. Te llevaré a la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob; te la daré a ti como tu posesión exclusiva. ¡Yo soy el Señor!»
«Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios» resumen el propósito central de Dios. Este es el pacto para toda la eternidad.
Gastamos tiempo definiéndonos según otras personas y se nos olvida que nuestra identidad fundamental es que somos el pueblo de Dios.

La oferta que se acepta o rechaza: El pacto se acepta; se aceptan los términos.

Moisés debe tomar lo que Dios dice para llevarlo al pueblo de Israel para que lo acepten. Sin embargo, vemos que el pueblo de Israel lo rechaza varias veces.
Por un lado, vemos un Dios que siempre cumple sus promesas y por otro, una iglesia universal que rechaza este pacto. ¿Con cuánta frecuencia deseamos más a otras cosas que a Dios?  Constantemente rompemos nuestra parte del pacto buscando otras cosas u otras personas. Es por ello por lo que, para poder ser parte de ese pacto inquebrantable, necesitamos a Jesús.
En el acuerdo inicial con Abraham, Dios hizo un pacto con el Espíritu Santo. Y esto es una tipología de lo que vendría luego: Jesucristo haciendo un pacto con Dios, un pacto eterno entre el Padre y el Hijo, quien cargó con nuestros pecados y murió por nosotros en la cruz.
La relación que tenemos con Dios es una relación de pacto.