EL PLAN SOBERANO DE DIOS PARA EL MUNDO Y TU PAPEL EN ÉL. – Parte 9 ( Éxodo 7:1-13)
EL PLAN SOBERANO DE DIOS PARA EL MUNDO Y TU PAPEL EN ÉL (Éxodo 7:1-13)
Serie: Éxodo «Libertad, rescate y responsabilidad» – Parte 9
Dios tiene un propósito para este mundo; no necesita de nadie, pero en su gracia y soberanía ha decidido elegirnos y usarnos para sus planes.
La soberanía de Dios se puede entender de tres maneras:
Dios trabaja a través de nosotros para cumplir sus propósitos
Su tiempo es perfecto
Sus planes siempre van a encontrar dificultad
Dios trabaja a través de nosotros para cumplir sus propósitos
«Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. 2 tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel» (Éxodo 7:1-2).
El Señor fue el verdadero libertador de Israel, porque Moisés solo fue utilizado como instrumento para sus propósitos.
Así como Moisés, nosotros también somos representantes y embajadores de Dios. Esta es la manera principal en la que Dios usa actualmente a su pueblo aquí en la tierra.
«Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios» (2 Corintios 5:20).
Dios hace su llamado por medio de nosotros; hablamos en nombre de Cristo cuando predicamos y hablamos del evangelio. De la misma manera en que Moisés representaba a Dios delante del faraón, así también nosotros representamos a Cristo en la actualidad.
Su tiempo es perfecto
«Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. 4 y Faraón no os oirá; más yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios» (Éxodo 7:3-4).
Dios se tomó su tiempo para trabajar en el corazón de Moisés y cuando estuvo preparado, le indicó que era tiempo de iniciar el plan de liberación del pueblo de Israel.
Sus planes siempre encuentran desafíos
«Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas» (Éxodo 7:3).
Moisés pensaba que iba a ser fácil la misión de liberar al pueblo de Israel, pero el corazón del faraón se endurecía cada vez más, oprimiendo al pueblo de Dios.