LA IGLESIA POSTMODERNA(Deuteronomio 8:11-19)
La Iglesia Postmoderna: Preparándonos para lo que está por venir
Juan 3:16: «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.»
Dios envió a su único Hijo a morir por nosotros para liberarnos de todo pecado y Él aún sigue amando a la humanidad. Sin embargo, con el surgimiento del postmodernismo, a menudo olvidamos al Señor. Asistimos a la iglesia de manera rutinaria, como si fuera un simple registro de asistencia. Incluso como misioneros, podemos olvidarlo, y nuestro corazón puede llenarse de orgullo.
Cuando empezamos a tener cosas, podemos pensar que todo lo que tenemos es por nuestras propias fuerzas. Debemos recordar que es Dios quien es nuestra fuerza, quien nos cuida, alimenta y protege. ¿Qué haría Jesús? Él se sacrificó por cada uno de nosotros y no fue orgulloso.
Definición de postmodernismo: No existe una verdad absoluta; cada uno tiene su propia verdad. Jesús dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida.» Si decimos que no existe la verdad, sacamos a Jesús del panorama y provocamos que nosotros mismos seamos nuestros propios dioses.
El postmodernismo nos lleva a alabar a otros dioses: nosotros mismos, hijos, familia, inteligencia y aun nuestro ministerio. Donde está nuestro tesoro, está nuestro corazón, y eso puede volverse nuestro dios. Nuestro problema es que pensamos que lo sabemos todo.
Debemos preguntarnos: ¿Me estoy olvidando del Señor? ¿Lo estoy dejando de lado? ¿Mi corazón es orgulloso? ¿Tengo otros dioses? ¿Estoy yendo hacia el postmodernismo?
En las iglesias han surgido cuatro tipos de personas:
Pródigos: Aquellos que crecieron como cristianos, pero ya no se consideran parte de la fe.
Nómadas: Personas que se identifican como cristianas, pero no asisten a la iglesia regularmente.
Feligreses habituales: Asisten a la iglesia al menos una vez al mes, pero no están comprometidos
Personas resilientes: Cristianos comprometidos que asisten a la iglesia, se involucran más allá del culto y profesan su fe de manera profunda y activa, formando parte de una iglesia resiliente.
Para que seamos una iglesia resiliente debemos contar con las siguientes características:
Adoración, Hacer amigos, Voluntariado
Preguntas de la biblia
Equipar para compartir tu fe – Discipulado – invertir tiempo y cuidado con amistades, compañeros, familia
Entender las razones y evidencias de la Biblia – Buscar y Aprender temas bíblicos, las personas tendrán preguntas
Tener un lugar para nuevos creyentes
Desarrollar disciplinas espirituales
Grupo de apoyo para la vida
Conectar entre generación
Discipulado, talleres, hacer misiones
Ayudar a encontrar vocación
Con estas características, podemos transformar nuestras iglesias de postmodernistas a resilientes.
No deberíamos esperar a que nuestras iglesias se vuelvan postmodernas para empezar a actuar. Tenemos una gran oportunidad y el desafío mínimo de cuidar y orientar al menos a una persona cada año. Podemos lograrlo a través de la oración, el cuidado y la transmisión del evangelio a los demás.
Mientras enfrentamos los desafíos del postmodernismo, es crucial recordar el sacrificio y el amor incondicional de Dios expresado en Juan 3:16. La tendencia postmoderna, que niega la existencia de una verdad absoluta, puede desviar nuestra atención de Cristo y llevarnos a idolatrarnos a nosotros mismos y a nuestras propias creaciones. Para contrarrestar esto y mantener nuestras iglesias fuertes y fieles, debemos cultivar una comunidad resiliente caracterizada por la adoración, el compromiso profundo, el discipulado y el apoyo mutuo. En lugar de esperar a que nuestras iglesias se adapten a la era postmoderna, debemos tomar la iniciativa de cuidar y guiar a otros, orando y compartiendo el evangelio. Así, transformaremos nuestras comunidades de fe y mantendremos el foco en la verdad y el amor de Dios.