LA PARADOJA DE LAS PARÁBOLAS – Parte 5, «Los obreros de la viña» (Mateo 20:1-16)

01/09/2024

LA PARADOJA DE LAS PARÁBOLAS – Parte 5, «Los obreros de la viña» (Mateo 20:1-16)

Predicador:
Passage: Mateo 20:1-16
Tipo De Servicio:

LA PARADOJA DE LAS PARÁBOLAS –
Parte 5, «Los obreros de la viña» (Mateo 20:1-16)
 

El Reino de los cielos es semejante a:

Cuando Jesús compara un Reino imposible de comprender para nuestras debilidades humanas, podemos entender que solo podía mostrar pequeños ejemplos de este reino maravilloso donde muchos últimos serán primero y muchos de los primeros serán  últimos. Los discípulos, al igual que nosotros, estaban esperando recibir algo a cambio a su obediencia de dejar todo atrás y seguirle, esta actitud no tiene cabida en el reino de los cielos. Al servir y obedecer al Señor de este reino, sujetamos nuestras expectativas a Su voluntad.

Jornaleros en Su viña:

Tenemos grupos de trabajadores, todos fueron elegidos por el Señor de la Viña pero en horarios diferentes. Tanto el grupo de la primera hora quienes trabajaron todo el día como los que empezaron a trabajar al final del día recibieron la misma paga y no solo eso, los de la última hora recibieron la paga primero y por el día completo, lo que detonó la reacción más humana en los trabajadores que habían estado todo el día laborando. En nuestra lógica humana sería una injusticia, pero en el Reino de los cielos, esta forma de pensar no es la esperada.

El Señor de la Viña hace como quiere:

El verdadero problema de nuestros corazones no es luchar contra la “injusticia” sino no comprender que el Señor, dueño y rey del reino, puede hacer como quiera con lo que es suyo. No es la búsqueda de justicia lo que nos mueve, sino la envidia en lo escondido del corazón.
Puntos de aplicación

Recuerda que somos totalmente dependientes de la gracia y misericordia de Dios.
No merecemos nada. Este mensaje no es escuchado constantemente en nuestra cultura, pero en el reino de Dios es el lugar correcto donde debe estar nuestro corazón.
El Señor hace como quiere, porque su voluntad es siempre perfecta, aunque no sea lo esperado.

 

 

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