MANTENIENDO NUESTRO PENSAMIENTO ARRAIGADO EN CRISTO (Filipenses 4:1-8)
De acuerdo a como son nuestros pensamientos, nosotros forjamos nuestro destino. El apóstol Pablo nos dice que debemos tener nuestra mente arraigada en Cristo. Cuando las cosas no están bien en nuestra vida, los pensamientos se comienzan a cruzar y allí es donde tenemos que volver a la Palabra de Dios y ver cómo, a pesar de que el apóstol Pablo estaba encarcelado, pudo mantener su mente arraigada en Él.
Pablo está diciendo a los filipenses: ¡Manténganse firmes en el Señor!
Principios:
1.Una mente arraigada en el Señor se mantiene firme, no se derrumba a pesar de las tormentas, las circunstancias y el dolor. El apóstol dice “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de la esclavitud.
Cuando tenemos un pensamiento arraigado en Cristo tenemos la armadura de Dios para resistir las asechanzas del enemigo. El yelmo de la salvación nos protege la cabeza, donde vienen las flechas, los pensamientos.
2. Debemos mantenernos unidos, para eso necesitamos enfocar nuestras mentes y nuestro pensamiento en el propósito de Dios. ¿Cuál es? Alcanzar almas para Cristo. También nos mantenemos unidos por la actitud, que debe ser como la de Cristo.
3. Debemos mantener una actitud de gozo (Filipenses 4:4). El gozo del cristiano no depende de las circunstancias sino en la persona de Jesús. ¿Cómo podemos mantener el gozo? Recordando sus promesas, fijando nuestros pensamientos en su Palabra, en su fidelidad y en su amor.
Mantener nuestra mente en Cristo nos ayuda a eliminar las preocupaciones. Merimnate significa mente dividida. Cuando estamos preocupados por algo debemos orar, contarle a Dios todos nuestros problemas. También debemos decirle a nuestro problema “No eres mayor que mi Dios, porque Él me dijo que me mantendrá sostenido con su mano derecha. 2 de Corintios 10:5.
También debemos orar con ruego, desde lo más profundo del corazón y con acciones de gracias. Jesús hace más de 2000 años en la Cruz del Calvario pagó por mi enfermedad, por mi pecado, mi liberación y mi redención. Ahora soy heredero de todas las promesas de Dios en Cristo Jesús.
Conclusión
Formas en que podemos mantener nuestra mente arraigada en Cristo:
-Disciplinar nuestro pensamiento: En medio de la dificultad podemos pensar en todo lo que es verdadero, honesto, digno, justo y puro. Pensar en Cristo.
-Cultivar una relación íntima con Dios a través de la oración y el estudio de la Palabra.
-Ser conscientes de nuestros pensamientos, no ignorarlos, capturarlos y llevarlos a la cruz de Cristo.
-Practicar la gratitud y el contentamiento. Siempre da gracias a Dios por todas las circunstancias.
-Rodearnos de una comunidad que también tenga estos principios.
-No cargar nuestras cargas. Suéltalas. Entrégalas al Señor.