Parte 22: BIENVENIDOS A LA MISIÓN DE DIOS DE LLEGAR AL MUNDO (Romanos 10:14-17)

05/10/2025

Parte 22: BIENVENIDOS A LA MISIÓN DE DIOS DE LLEGAR AL MUNDO (Romanos 10:14-17)

El pasaje de Romanos 10:14–17 presenta el llamado de Dios a su pueblo para participar activamente en Su misión de alcanzar al mundo. Cada persona está invitada primero a recibir la salvación por fe y, luego, a compartir con otros lo que ha experimentado. Aceptar al Señor transforma la vida y otorga un propósito más alto: servir como instrumento de cambio y esperanza. Pablo explica que nadie puede creer si no ha escuchado, y que, para escuchar, alguien debe hablar. Esto muestra la responsabilidad que cada creyente tiene dentro del plan divino. No se trata de una tarea exclusiva de algunos, sino de un compromiso compartido por todos los que forman parte de la iglesia, quienes han recibido talentos y dones para colaborar en la obra de Dios.

El pasaje destaca tres aspectos esenciales que orientan esta misión:

  1. Entender la misión.
    Significa reconocer que Dios desea que su pueblo proclame su verdad en todo lugar. En Efesios 4:11–12 se enseña que el Señor ha dado diferentes funciones dentro del cuerpo de Cristo para capacitar a todos en la obra del servicio. Algunos lo hacen a tiempo completo, dedicando su vida a la labor ministerial, mientras que otros lo hacen desde su entorno cotidiano, reflejando su fe a través de sus acciones, palabras y estilo de vida. Cada creyente tiene un papel único y valioso en este propósito.
  2. Entender la urgencia.
    Llevar la fe a los demás es una prioridad que no puede postergarse. Hay personas que aún no han conocido a Dios y necesitan esperanza. Por eso, el llamado es actuar con compromiso y sensibilidad, conscientes de que cada oportunidad cuenta. La urgencia nace del amor por los demás y del deseo de que todos puedan conocer la gracia y la salvación que Dios ofrece.
  3. Entender tu rol.
    Cada creyente debe asumir con responsabilidad su función dentro del plan de Dios. Ser parte de esta obra significa representar con fidelidad los valores del Reino y poner los dones personales al servicio de los demás. La fe debe expresarse en hechos concretos y coherentes con lo que se cree. Cuando una persona comprende su rol, su vida cobra sentido y contribuye activamente al cumplimiento del propósito divino en la tierra.

En conclusión, Romanos 10:14–17 enseña que la fe crece y se multiplica cuando los creyentes se disponen a actuar. Comprender la misión, reconocer la urgencia y asumir el rol personal permite participar plenamente en el plan de Dios, llevando esperanza, vida y transformación a quienes aún no le conocen.