SAL, LUZ Y LAS BUENAS ACCIONES – Parte 3

06/02/2022

SAL, LUZ Y LAS BUENAS ACCIONES – Parte 3

Sal, luz y las buenas acciones – Parte 3 (Mateo 5:13-16)
 El Sermón del Monte es un manifiesto del Reino de Dios, que involucra el corazón de los seres humanos. Jesús es el Rey de corazones y su reino avanza al conquistar el corazón de las personas. La invitación de Jesús es para que cada persona sea parte del Reino de Dios.

¿Cómo se ve una persona que es parte del Reino de Dios? Son las personas que ponen en práctica lo que Jesús estaba diciendo sobre el hecho de ser la sal y luz de la tierra.

¿Cuál es el plan del Rey, ese plan de expansión?, ¿Cómo se expande y avanza el Reino de Dios? Todo reino tiene la motivación de expandirse y crecer; y así sucedía en el tiempo que se dio el sermón, estaban bajo el dominio romano, quienes tenían su plan de conquistar territorios y poder a través de la guerra y violencia. El Reino de Dios también hay un enfoque de expansión, pero este reino no es físico, es un reino espiritual, es el Reino del Corazón que se expande a través de un corazón conquistado, y estos a su vez conquistan otros corazones. Jesús nos dice que la estrategia para el Reino de Dios somos cada uno de nosotros.

Todas las personas que redimidas por la sangre de Cristo somos llamados a expandir el Reino de Dios a través de las herramientas:

Sal
Luz
Buenas obras

Mateo 5: 3-12 hace conexión con lo que Jesús no está hablando en este Sermón. Cada uno de los cuales hace mención en las bienaventuranzas son la luz y sal de la tierra. En esta analogía, Jesús nos dice que la sal y la luz mejoran y afectan nuestras vidas. Está la realidad de ¿En qué va a entrar en contacto la sal y la luz? La sal no cambia un alimento si no toca la comida, igual la luz cuando hace ese contacto con la oscuridad, ilumina todo.

Conceptos:

Sal (Mateo 5:13) La sal no cambia un alimento si no entra en contacto con la comida

La sal tenía diferentes propósitos:

dar sabor a los alimentos
preservar los alimentos
para desinfectar: era un agente de limpieza, inclusive para desinfectar heridas
fertilizante para la tierra que labraban. La sal mataba la maleza y retenía agua y el crecimiento se daba mejor.

Jesús estaba diciendo: “ustedes son sal”. La audiencia original entendía el hecho de ser sal por todos sus beneficios y lo valiosa que era.
A los soldados romanos algunas veces se le pagaba con sal, en lugar de dinero, por el gran valor que tenía en ese tiempo.
Jesús, al decir que somos la sal, nos estaba diciendo que tenemos un gran valor. ¿Creemos que somos valiosos para el Rey? ¿Le damos sabor a ese entorno donde Jesucristo nos ha puesto? A eso se nos está llamando como ciudadanos del Reino de Dios: a dar sabor e influenciar a otros. Dios desea que seamos agentes de cambio en el mundo.

Luz – Al igual que la sal, la luz, cuando hace ese contacto con la oscuridad, ilumina todo. En aquellos tiempos, cuando era de noche, todo quedaba en total oscuridad. Jesús decía que no es efectivo y no hace sentido si se pone la luz debajo de una cesta, escondiéndola. Somos llamados a ser la luz del mundo, a poder crear y dar esa luz que es Cristo a otras personas que están en oscuridad.

Se nos ha llamado a ser la luz del mundo para proclamar esta verdad (Mateo 5:16).
Hay cosas específicas que hacemos (buenas acciones y buenas obras) para ser sal y luz.

Buenas acciones – Nosotros nos ganamos nuestra salvación por buenas obras, la tenemos por la obra que Jesucristo en la cruz.

Hemos sido llamados a hacer buenas acciones para mostrar de este modo el amor de Dios hacia aquellos que nos rodean, y a vivir ese estilo de vida para que estas personas den gloria al Padre que está en los cielos (Mateo 5:16).
Buenas obras y buenas acciones no se limita solamente a compartir con otros el evangelio, también involucra otras cosas:

Se nos ha llamado a hacer buenas acciones, amar, cuidar a los enfermos, huérfanos, personas necesitadas. A medida que cuido de alguien se nos abrirán oportunidades para compartir el evangelio.
Se nos ha llamado a proclamar el Evangelio, pero también a demostrar el evangelio. Debemos entrar en contacto con estas personas que no conocen a Dios y poder ayudarlas con cosas tangibles.
OCC – orar, cuidar y compartir a estas personas. Esta es una manera práctica que podemos ser sal y luz en el mundo, a través de las buenas acciones y como nos involucramos en la vida de estas personas.

Somos esa sal de la tierra, esos agentes de cambio, entrando en contacto con las personas que nos rodean. Somos la luz del mundo al proclamar el evangelio de Cristo, interactuando con las personas y a través de buenas acciones demostrarles el evangelio.

Algunos obstáculos que hacen que la sal y la luz no sean efectivos:

No nos reconocemos a nosotros mismos como sal y como luz-Muchas veces nos limitamos a la descripción teórica de que lo somos por el hecho de ser cristianos. Debemos ser intencionales en ser efectivos como sal y como luz que somos e interactuar y amar a aquellos que están en oscuridad, que están fuera del Reino de Dios.
Mateo 5:13 nos menciona que la sal se vuelve insípida. La sal pura no pierde su sabor. La sal comienza a perder su sabor y volverse insípida cuando comienza a mezclarse con otras propiedades, o sea las impurezas del pecado. En lugar de lidiar con el pecado y confesarlos a Dios para seguir adelante, quedamos con esas impurezas, quedándonos en un ciclo pecado-culpabilidad-pecado. Cuando estamos en ese ciclo no estamos alcanzando al mundo.
Muchas veces estamos enfocados en nosotros mismos, ganar más dinero, vivimos enojados, frustrados, por lo que nos olvidamos de alcanzar al mundo.
Ponemos nuestra luz debajo de una canasta- Entendemos el concepto que somos luz del mundo, pero nos da vergüenza y tapamos esa luz en lugar de proclamar a otras personas lo que Dios hizo en nuestras vidas y escondemos que somos seguidores de Jesús.

Aplicaciones

Jesús me dice que seré la sal y luz del mundo, si hago ciertas cosas y que soy ciudadano del Reino de Dios en este momento, en este tiempo presente y que estoy rodeado de personas que aún no conocen a Cristo, ¿qué haré? Siendo sal y luz puedo ser un agente de cambio para transformar a estas personas.
Pasemos un tiempo a solas con Dios y oremos ¿Realmente creo y tengo la convicción que soy la sal y luz del mundo?, pedirle que me revele cómo puedo ser lo que Cristo me dijo que soy, algún pecado o temor que me impide proclamar con valentía el evangelio
Pensar en alguna persona de nuestra red relacional, y pedirle al Señor que nos ayude a identificarla y realizar una buena acción con esta persona.

Expandiendo el Reino de Dios en el 2022 -Ser sal y luz del mundo no es solamente una etiqueta, es una acción.

 

Deja una respuesta

× ¿Cómo puedo ayudarte?