EN CASA PARA NAVIDAD – “Cuando se cumplió el tiempo”. Parte 1

14/12/2025

EN CASA PARA NAVIDAD – “Cuando se cumplió el tiempo”. Parte 1

Predicador:
Passage: Gálatas 4,4-7
Tipo De Servicio:

Expositor: Todd Tillinghast

En Navidad se suele reflexionar en aquello que no es visible y en redescubrir su verdadero significado. El ser humano anhela profundamente pertenecer, tener un hogar y estar conectados con otros. No se trata solo de compartir una mesa o intercambiar regalos, sino de experimentar comunión y aceptación.

El mensaje del evangelio nos revela que la Navidad es la respuesta de Dios a ese anhelo: Él vino a buscarnos para hacernos parte de su familia. En Gálatas 4,4-7, el apóstol Pablo nos muestra que la encarnación de Cristo fue un acto soberano, cuidadosamente planeado, con un propósito eterno: redimirnos y adoptarnos como hijos.

1. ¿Cuándo? (Gálatas 4,4)

Dios envió a su Hijo en el momento exacto de la historia. Dios había determinado el tiempo en que vendría Jesús. Desde Génesis observamos que el Señor había anunciado que vendría una simiente que vencería al pecado. Sin embargo, Dios permitió que pasaran siglos para que la humanidad comprendiera varias verdades fundamentales.

  • Dios quería que el ser humano entendiera cuán desesperante es su condición sin un salvador. El pecado no solo trae consecuencias temporales, sino muerte espiritual.
  • Permitió que el hombre intentara salvarse por sus propios medios, ya fuera escondiendo su culpa, como Adán y Eva, o confiando en sistemas religiosos y legalistas, como hizo Israel. Todo esto demostró que ninguna obra humana puede resolver el problema del pecado.

2. ¿Cómo? (Gálatas 4,4)

Dios decidió venir al mundo y encarnarse como hombre. Jesús fue 100% humano y 100% divino. Tuvo un nacimiento doloroso, dependió de sus padres y experimentó las limitaciones propias de la vida humana, pero su concepción fue sobrenatural, obra del Espíritu Santo, para que no heredara la naturaleza pecaminosa de Adán.

Por otra parte, Jesús se sometió voluntariamente a las exigencias de la ley que nosotros no podíamos cumplir. Vivió una vida perfecta, sin pecado; obedeció completamente al Padre. Fue tentado en todo, sufrió, tuvo hambre y cansancio, pero nunca falló. De esta manera, se convirtió en el sacrificio perfecto: el cordero sin mancha.

Así fue como Dios entregó el regalo de la Navidad: no desde la distancia, sino entrando en nuestra realidad. Jesús vivió en lo natural y en lo sobrenatural, mostrando en cada momento que Dios estaba verdaderamente con nosotros.

3. ¿Quién?

Jesús no fue creado en la Navidad, sino que Él existía desde la eternidad. Dios envió a su Hijo, lo que implica que ya existía antes de nacer.

En la cultura hebrea, el hijo primogénito heredaba la identidad, autoridad y carácter del padre. Jesús, como el Hijo eterno, comparte plenamente la naturaleza divina.

Él es la simiente prometida a Abraham, por medio de la cual todas las naciones serían bendecidas. Aunque muchos participan de la promesa, solo Jesús es la simiente verdadera. Nosotros somos hijos por adopción, pero Él es Hijo por naturaleza. Al venir al mundo, reveló quién es Dios y cómo es. Ver a Jesús es ver al Padre y conocer a Cristo es conocer el corazón de Dios.

4. ¿Por qué? (Gálatas 4,5)

El propósito de Dios al enviar a su Hijo fue claro y profundamente amoroso:

  • Para redimir a los que estaban bajo la ley

Redimir significa pagar un precio para recuperar algo perdido. La humanidad estaba esclavizada por el pecado y bajo condenación, sin posibilidad de rescate por sus propios medios. Jesús pagó voluntariamente ese precio con su sangre.

  • Para que recibiéramos la adopción como hijos

Dios no solo quería perdonarnos, sino restaurar nuestra identidad. Antes de Cristo, éramos espiritualmente huérfanos, separados de Dios y bajo el dominio del pecado. En la cruz, Jesús aceptó ser rechazado para que nosotros pudiéramos ser aceptados. Él eligió obedecer, incluso cuando el costo era inmenso, como se evidenció en Getsemaní.

Dios envió a su Hijo para traernos de regreso a casa. La Navidad no es solo una fecha en el calendario, sino la manifestación del amor eterno de Dios. En Cristo encontramos redención, identidad y un hogar. Celebrar la Navidad es recordar que Dios quiso estar con nosotros para hacernos parte de su familia, hoy y por la eternidad.