DISCIPLINA Y PERSEVERANCIA (Hebreos 12:1-12)
Disciplina y perseverancia (Hebreos 12:1-12)
Expositor: Selegna Díaz
Como cristianos, Dios nos prepara cada día para la carrera de la fe, pero, con frecuencia, llevamos cargas que nos impiden caminar con facilidad y agilidad. Por lo que debemos ser diligentes y perseverar en nuestra fe; debemos confiar siempre en el Señor y poner nuestra mirada únicamente en Él.
Perseverancia
«Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe […]» (Hebreos 12: 1-2).
La carrera de la fe no está basada en rapidez, sino que implica ser pacientes puesto que no es nada fácil. La perseverancia significa mantenerse constante en algo que ya se ha comenzado; implica no rendirse para alcanzar ese objetivo.
No debemos fijar nuestra mirada en lo externo que nos rodea, sino que debemos fijar nuestra mirada en Jesús. En su camino a la cruz, Jesús perseveró a pesar de que pasó por situaciones difíciles.
«[…]Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos. Después de todo, ustedes aún no han dado su vida en la lucha contra el pecado» (Hebreos 12: 2-4).
Jesús pasó por:
Vergüenza: La crucifixión era una forma de ejecución pública, diseñada para causar un dolor extremo.
Desprecio y humillación: El ser crucificado era considerado humillante, ya que los romanos consideraban que los crucificados eran personas despreciables. Jesús fue objeto de burlas y escarnios por parte de las otras personas.
A pesar de todo lo vivido, Jesús nunca se detuvo ni se rindió porque Él sabía lo que vendría después: iba a redimirnos de todos nuestros pecados e iba a sentarse a la diestra del Padre.
Cuando comparamos lo que Jesús tuvo que pasar con lo que sucede en nuestra vida, nos damos cuenta de que no hay comparación porque, además de todo lo que sufrió, Él dio su vida en la lucha contra el pecado.
Disciplina
La disciplina es una parte esencial de nuestro caminar con Cristo. El Señor disciplina a los que ama.
«¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo:
“Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
y no te des por vencido cuando te corrige.
Pues el Señor disciplina a los que ama
y castiga a todo el que recibe como hijo”» (Hebreos 12: 5-6).
Dios nos ama, por eso nos disciplina. Al soportar la disciplina divina, somos hijos legítimos de Dios. La disciplina nunca debe tomarse como rechazo, sino que debe ser una señal de que somos amados por Dios.
Debemos identificar cuáles son las cosas que debemos hacer para seguir perseverando en la carrera de fe y en las que debemos ir trabajando para crecer espiritualmente. No debemos descuidar nuestra vida de oración y ni la lectura de la Palabra de Dios.