VIVIENDO CON UN PROPÓSITO ETERNO (Hechos 1:8)
Facilitador: Lionzo Díaz
Hay por lo menos 4 razones para ser serios al compartir el evangelio
1. Cristo nos dio la orden directa:
Ningún creyente sincero puede tomar su orden a la ligera. Dios mismo nos da la orden y es nuestra responsabilidad obedecer Nuestro mandato es compartir el mensaje y el Espíritu Santo es quien les convence de seguir a Cristo.
2. Millones de personas están perdidas y están en busca de respuesta:
Juan 14:6 Jesús dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Dios nos pone en ambientes que pueden ser difíciles. Personas con respuestas hirientes o rechazo. Pero cada persona que rechaza el evangelio queda sin excusa delante del trono de Dios.
3. La gente tiene hambre de Dios:
Las personas están buscando lo que les dé sentido a su vida, la insatisfacción es continua. ¡Tu campo de acción es donde estás! Con las personas que te rodean, donde te brindan un servicio o en donde puedas conectar con tu talento o pasatiempo.
4. Es urgente completar la tarea mientras haya oportunidad:
Juan 9:4 “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.” Por la misericordia de Dios “el día” sigue en nuestro país, tenemos libertad y puertas abiertas para compartir el evangelio en plazas y universidades sin ser puestos en peligro por ello, es necesario no dejar pasar la oportunidad.
¿Cómo comparto el evangelio de Cristo con otros?
Ten tu estrategia personal: Tener una estrategia te ayudará a ser más efectivo.
- Alcanzar, discipular y enviar
Una vez compartimos el mensaje de salvación, si la persona recibe a Cristo es necesario comenzar el proceso de discipulado y por último enviarle, es decir hacerle parte de la multiplicación en el Reino de Dios.
- Consulta con los líderes de tu iglesia local por las diferentes herramientas disponibles para compartir el evangelio
The Four (Las Cuatro leyes espirituales), Comunidades Misionales, la Aplicación GodTools y muchas más.
- Ora y toma acción
En el Poder del Espíritu Santo, ora, toma acción y deja los resultados a Dios.