CRISTO EN EL ÉXODO, PARTE 4: EL ALTAR DE BRONCE ( Éxodo 27:1-8 )

28/04/2024

CRISTO EN EL ÉXODO, PARTE 4: EL ALTAR DE BRONCE ( Éxodo 27:1-8 )

Predicador:
Passage: Éxodo 27:1-8
Tipo De Servicio:

Serie: Libertad, rescate y responsabilidad

Cristo en el Éxodo

Parte 4: El altar de bronce (Éxodo 27, 1-8)

Expositor: Pastor Todd Tillinghast

 

«Con madera de acacia, construye un altar cuadrado que mida dos metros con treinta centímetros de ancho y de largo, y un metro con cuarenta centímetros de alto. Haz cuernos en cada una de las cuatro esquinas, de modo que el altar y los cuernos formen una sola pieza. Recubre con bronce el altar. Haz recipientes para las cenizas, palas, tazones, tenedores para la carne y braseros, todos de bronce. Hazle una rejilla de bronce y ponle cuatro anillos de bronce en las cuatro esquinas. Instala la rejilla a la mitad de la altura del altar, debajo del borde. Para trasladar el altar, haz varas con madera de acacia y recúbrelas de bronce. Mete las varas por los anillos a ambos lados del altar. El altar deberá ser hueco y estar hecho con tablas. Constrúyelo tal como se te mostró en el monte» (Éxodo 27, 1-8).

Dios al construir el Tabernáculo, lo hizo de adentro hacia afuera. De la misma manera, lo hace con nosotros; primero cambia nuestro corazón a través de un proceso de transformación. Por medio del Espíritu, hemos sido transformados, pero nuestras emociones, como parte externa, van siendo transformadas poco a poco durante el proceso.

Acerca del altar de bronce, se pueden rescatar dos ideas sobre el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por nosotros:

Estructura de nuestra salvación

El altar de bronce fue construido con madera de acacia y recubierto con bronce. En vez de cubrirla con oro, Dios ordena que la recubran con bronce, ya que el oro que recubría el Arca del Pacto representaba la divinidad de Cristo y la madera representa su humanidad. Por lo que se utilizó el bronce por ser, primeramente, resistente al calor y porque representa el juicio.  Cuando Jesucristo fue a la cruz en el último altar, Él fue el último sacrificio físico que recibió el juicio sobre sí mismo.

El altar representaba la muerte y era un lugar para hacer los sacrificios. Asimismo, la cruz fue ese lugar de sacrificio donde Cristo, sin haber pecado jamás, asumió todos los pecados de la humanidad. Recibió sobre sí la ira de Dios que nos correspondía.

Jesucristo era tanto el sumo sacerdote como el sacrificio final. Se entregó voluntariamente y se dio a sí mismo por todos nosotros.

Fortaleza de nuestra salvación

Los cuernos que estaban en el altar de bronce representaban fuerza. Había esta fortaleza sobre el altar para salvar, para rescatar. Es decir, cualquier criminal podía acercarse y agarrarse de estos cuernos y clamar por misericordia.

Jesucristo, en su carne, era débil como todos, pero era al mismo tiempo fuerte y determinó que Él mismo iría a la cruz para sacrificarse por nosotros. En su debilidad, le dijo al Padre que se hiciera su voluntad y no la suya.

No hay nada que podamos hacer para ganarnos nuestra salvación, sino que Cristo ya venció al pecado, venció a Satanás.

Cristo continúa intercediendo por nosotros, porque es nuestra fortaleza, y continúa la obra que comenzó en nosotros; es nuestro abogado, y cada vez que pecamos, le está diciendo al Padre que murió por nosotros, que somos justificados solamente por Él.

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