PROMESAS, COMPROMISOS Y JURAMENTOS- Parte 8

20/03/2022

PROMESAS, COMPROMISOS Y JURAMENTOS- Parte 8

Predicador:
Passage: Mateo 5:33-37
Tipo De Servicio:

Promesas, compromisos y juramentos – Parte 8 (Mateo 5:33-37)
Serie: El Sermón del Corazón – Jesús continúa desafiando a los líderes religiosos, a quienes solo les importaba la apariencia externa; querían dar esa imagen que eran muy religiosos y santos; pero no estaban cambiando sus corazones y sus vidas.

Hoy veremos otro ejemplo que usa Jesús al momento que nosotros damos nuestra palabra (Promesas, compromisos y votos).

Tres puntos claves:

La situación (Mateo 5:33-35) – Jesús estaba criticando la interpretación que los líderes le habían dado a esta ley en particular, y no era porque estuviera en contra, pues la ley no es el problema, y Él estaba para cumplir la Ley de Dios (Mateo 5:17). El problema es que no podemos cumplir la ley de Dios en nuestras propias fuerzas. La ley es perfecta y Dios desea que la obedezcamos desde nuestro corazón, una obediencia basada en el amor.

Levíticos 19:12 nos dice que no juremos en falso por su nombre, profanándolo. Si hemos hecho un voto, un compromiso, debemos tomar ese juramento con seriedad y no jurar por su nombre, haciendo ver que así lo cumpliremos. Los líderes religiosos pensaban que era prohibido jurar por el nombre de Dios, pero que sí podían jurar por otra cosa. Ellos habían creado este sistema con unos votos muy inestables, supuestamente no juraban usando el nombre de Dios y lo quebrantaban igualmente. Jesús expone nuevamente delante de ellos esta hipocresía y llega a lo profundo de sus corazones, de lo que realmente eran sus motivos. Si juras por el cielo igual estás jurando por Dios porque es su trono; igual por la tierra (estrado de pies de Dios, le pertenece a Dios), o por Jerusalén (Dios es el Rey de Jerusalén) y si juras por tu propia cabeza (igual estamos jurando por Dios, pues Dios es el que decide sobre nuestra cabeza, sobre nuestros cabellos. Dios es el que nos creó y los seres humanos le pertenecen a Dios).
¡Pensemos que hay detrás cuando juramos por nuestra madre o por la tumba de un antepasado!… Estamos tratando de asegurarnos que la otra persona crea en lo que le estamos diciendo y lo hacemos usando el nombre de nuestros seres queridos y no de Dios, porque en el fondo pensemos que el camino no podremos cumplir nuestra palabra, tratamos de usar ese juramento con el propósito que crean en nuestra palabra y en cierto punto obligarnos a cumplir con lo prometido. Esto es un problema del corazón, es un problema de la falta de confianza, de cumplir nuestras promesas.
¿Cómo sabemos que no cumplimos nuestras promesas? Los seres humanos rompemos nuestros compromisos y debido a esto hemos creado este sistema de prometer y luego quebrantamos lo que prometemos. Vivimos en una cultura donde no confiamos los unos en los otros y para cualquier transacción de negocios firmamos un contrato (casa, trabajo). ¿Hacemos esto porque honramos la palabra de la otra parte? No, lo hacemos para protegernos a nosotros mismos, no confiamos en los demás. Tendemos a pensar que se van a aprovechar de nosotros, siempre estamos vigilantes, pues no hay confianza y es por ello que nos obligamos a crear sistemas para que las personas cumplan sus promesas; sin embargo, esto no resuelve el problema y este contrato de compromiso no hará que confiemos más los unos a los otros.
Jesús nos dice simplemente que nuestro SI sea SI y nuestro NO sea NO. Él no nos manda a crear un sistema complicado de compromiso. ¿Cuántas veces hacemos llamadas de confirmación cuando ya nos hemos comprometido a ir? Nosotros tenemos temor de nosotros mismos, de no cumplir con nuestra palabra.

El pecado – Hacer juramentos es pecaminoso, pues no está bien si lo hacemos para que nos ayude a hacer algo que simplemente debemos hacer porque dimos nuestra palabra. Jesús no está diciendo que hacer un voto es pecado, pero Jurar si lo es.

Mateo 5:36 nos dice “no juréis de ninguna manera” y en el versículo 37 nos dice que nuestro Sí sea Sí y nuestro No sea No, y lo que es más de esto procede del mal.
a. Disminuye el valor de los votos o promesas – Jesús no dice que es pecado hacer votos. Está bien hacer votos saludables (matrimonio, dedicación de hijos a Dios). Si tengo que hacer un voto para una simple cena o cualquier otra situación similar porque no podemos cumplir con nuestra palabra, entonces estamos disminuyendo el valor de los votos.
b. Disminuye el valor del compromiso – Si siempre estamos tratando de hacer un compromiso y al mismo tiempo buscando maneras de romperlo, esto disminuye el poder del compromiso que he tomado y ya no significa nada.
¿Por qué como personas hacemos un voto y luego lo rompemos? Porque con ese voto puedo obtener lo que deseo tener en algún momento. Por ejemplo: nos casamos con una persona, luego lo justificamos diciendo que ya no queremos a esa persona, conocemos a otra persona y rompemos los votos hechos; estamos buscando maneras de romper ese compromiso, buscamos motivos para romperlo. Hacemos el compromiso ahora, pero dándonos posibilidades de poder romper ese compromiso más adelante.
La Biblia nos dice que cuando nos comprometamos a hacer algo lo hagamos aun cuando nos duela. Si dimos nuestra palabra o hicimos un compromiso, debemos cumplirlo. Dios nos ha llamado a ser hombres y mujeres que cumplamos nuestra palabra.
c. Disminuye el valor de mantener nuestra palabra – si tenemos que hacer todos estos juramentos para poder cumplir nuestra palabra, no estamos realmente cumpliendo nuestra palabra. Muchos años atrás el compromiso se hacían con la palabra de las personas y sus palabras significan mucho; hoy día no significa nada.

La solución – Jesús da la solución en Mateo 5:37

Que nuestros votos sean para cosas apropiadas y no estar jurando por cada cosita que se nos ocurra
Que nuestro SI sea SI y nuestro NO sea NO

Hoy día en el mundo las cosas no funcionan simplemente con dar la palabra, para muchos compromisos existen los contratos; pero en nuestra comunidad, La Comunidad Bible Church podemos crear ese tipo de cultura, donde nuestro SI sea SÍ y nuestro NO sea NO.
Y donde sea difícil para nosotros cumplir nuestros compromisos, pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a hacerlo. Es importante no solo porque vaya a cumplir lo que dije o prometí, sino más bien porque vamos a crear una cultura donde tengamos confianza y creamos los unos en los otros. Debe significar que cuando digamos que vamos a hacer algo lo hagamos y así empezamos a confiar los unos a los otros.
 Aplicaciones:

Para algunos, necesitamos decir Sí – Al evaluar nuestras vidas podemos ver que no tenemos un compromiso, que no cumplimos nuestras promesas. Llega un punto en que preferimos no comprometernos porque no vamos a poder cumplir lo que prometimos. Nos encontramos en un lugar seguro, pero al final no nos estamos comprometiendo con nada.

Debemos ser personas de palabra, en todas las áreas de nuestras vidas y especialmente aplicarlo en nuestra iglesia. Di SÍ a un compromiso más profundo. Necesitamos estar juntos, desafiarnos unos a otros, nos necesitamos unos a otros.
Haz un compromiso y cúmplelo.

Personas que necesitan aprender a decir No – Al no saber decir No, nos comprometemos a mucho y luego no podemos abarcarlo y rompemos nuestros compromisos.
Hay un compromiso que llega un momento en la vida de cada ser humano y es el compromiso más importante que podemos comprometer, comprometer nuestra vida a nuestro Señor, a nuestro Salvador. La Biblia nos dice “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios…” . Necesitamos de un Salvador.

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